Velocidad y tristeza en Rápidos y Furiosos 7


Llega a los cines después de un retraso de casi un año. Retraso que se dio por la trágica muerte de Paul Walker el 30 de Noviembre del 2013, cuando todavía le quedaban un puñado de escenas por filmar. Siendo el co-protagonista de (casi) toda la saga, su personaje simplemente no podía desaparecer de un momento a otro, por lo que había que darle una salida. Para eso se reescribieron algunas escenas específicas, y gracias a distintos trucos, se lo mantuvo en la película. Esta decisión hace que inevitablemente estemos más pendientes de su personaje y, por consiguiente, le notemos algunas de las costuras al film. Algunas escenas que se sienten incompletas por falta de contra planos y con parte de la acción sucediéndose fuera de campo, peleas en la oscuridad donde no distinguimos a su personaje u otros momentos que figuran en la película pero que pareciera no sumar a nada más que la memoria del fallecido actor. Pero todo esto difícilmente se interponga en el camino de una cinta que tiene un objetivo tan claro el de entretener.

Con lágrimas en los ojos de los espectadores por el final de la película donde aparece Vin Diesel junto a Paul en una carrear para despedirse de su hermano y amigo desde que iniciaron este proyecto pero sin poder concluirlo juntos.


Es una película con mucha acción, ficción y sentimientos mezclados que tiene como único objetivo el de darle a su público lo que vino a buscar. Es una cinta de acción cargada de adrenalina y testosterona donde sus 137 minutos de duración apenas se sienten, aunque por momentos se enreda en su confuso guión. 

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